martes, 7 de agosto de 2012

Juego de niñas


Todos los descubrimientos suelen pasar por accidentes, o eso es lo que se les había explicado en clase aquella mañana, una de las pocas clases en las que solían estar despiertas aunque una de ellas,  pelirroja de trenzas y el mono tejano con camiseta amarilla se pasara el rato dibujando en la libreta o en la mesa y la otra con el cabello largo suelto castaño pendientes en forma de Luna, vestida con pantaloncitos tejanos y camiseta de manga corta, una corbata oscura mordiera su lápiz, escribiendo notas musicales en su cuaderno, solo pensando en volver a casa y sacar la guitarra para empezar a practicar.
Justo entonces sonó el timbre, y ahora se encontraban las dos, de camino al baño, soñando despiertas sobre que harían más tarde, o sus planes de vida futuras llenas de sueños, esperanzas e ilusiones, pero siempre juntas.
Al final del pasillo, de un instituto algo viejo y con pintadas en las paredes se encontraba el baño, normalmente cerrado durante las horas de clase, pero durante los recreos abierto
Entraron en el, bromeando y soñando, no había nadie, o eso pensaban, un leve murmullo se escuchaba del fondo, dos risas, dos voces, dos amantes secretas una junto a la otra se daban sus momentos íntimos ocultas de los demás.
Las dos amigas, movidas por la curiosidad se acercaron a ver de donde provenían los susurros.
Escondidas, caricia contra caricia las dos amantes se besaban, suave y tiernamente mientras sonreían entre beso y beso.
Sorprendidas, extrañadas las dos amigas marcharon corriendo, hacia el aula guardando en sus mentes el secreto de lo ocurrido
El resto del día lo pasaron extrañadas, mirándose la una a la otra y sonriendo bobamente.
Las clases finalizaron y las dos juntas, se fueron a casa, juntas, hablando del tema, de lo curioso que era para ellas la situación que por accidente habían descubierto.
A media tarde, solas las dos, con un plato con galletas y un par de batidos de chocolate seguían dándole vueltas al asunto, de no entender, de no imaginar lo descubierto, hasta que una de las dos lanzo la gran pregunta
- Y si lo intentamos?- pregunto la chica de la corbata, con una galleta en la mano
Su amiga asintió, se acerco a la otra , a gatas como una gatita juguetona, unos segundo que parecieron eternos, un beso en principio pequeño una sonrisa tras ese beso, y segundos después, un beso mas alargado, mas cariñoso, dos amigas que se vuelven amantes

2 comentarios:

ToraKo dijo...

Me encanta la delicadeza con la que describes cada situación, o la forma en la que las dos chicas tienen tanta personalidad con tan pocas palabras y sin tener siquiera nombre. La última frase me ha encantado.

kiriel dijo...

Gracias :) la verdad es que me gusta narrar así, cosas simples, cosas que para otros quizás no importan pero tienen su detalle