Querido hermano ¿como estas?
Es la cuarta carta que te escribo pero ya se que de esta tampoco obtendré respuesta, es lógico, para ti aun debe ser difícil toda esta situación, todo tan distinto, tan nuevo, tan diferente pero eso no significa que sea ni bueno ni perfecto, pero es así y no se puede hacer nada por cambiar el pasado.
Aquí me tratan bien, no es como me imaginaba, no es tan doloroso y me adapto bien, la gente es muy amable y no se pelean por tonterías, siempre con una sonrisa y una mano amable para ayudar en cualquier cosa, incluso si se ha roto una tubería, no importa siempre sonríen y están allí
Al principio no me acostumbraba a esto, no quería estar aquí y no lo aceptaba, pero poco a poco me he acostumbrado a vivir aquí y a aceptar lo que soy y lo que ya no puedo ser.
¿Sabes? Es extraño, antes necesitaba veros, saber que estabais bien y buscaba cualquier excusa para buscar un camino para volver al menos cinco minutos para estar con vosotros, pero las cosas imposibles no van a suceder, y menos esto.
En fin querido hermano, no me queda mucho tiempo para escribir y un día más saldré a buscar un buzón para mandar una carta que se que no vas a contestar, que no vas a leer, que no vas a recibir, porque aquí, donde yo me encuentro, no existen los buzones, no sabemos lo que es un teléfono, y no podemos comunicarnos con el exterior porque ya no formamos parte de ello
Aun y así quiero que sepas que te vigilo, que velo por ti y quiero que seas feliz, aquí no se está mal, puedo ser feliz, y espero que todos podáis seguir siendo felices sin mi
Te quiere
Una hermana que se fue